CAPITULO 5
Héroe de Lens
Mucha gente aún ve a Chilavert como un enigma. Puede ser la persona más amigable del mundo, o el tigre más enojado, con sed de venganza. Lo cierto es que en Paraguay era él y 10 más.
La selección guaraní se ponía a punto para el Mundial de Francia '98.
Grupo "D".
La presión era sofocante para la selección, estando situada en el Grupo "D", denominado "de la muerte". Se enfrentarían a Bulgaria, Nigeria y España.
El 12 de junio de 1998, Chilavert hacía su debut mundialista en el estadio Montepellier frente a la Bulgaria de Hristo Stoichkov. Los europeos dominaron las acciones, pero no lograron convertirle a un firme portero paraguayo.
El segundo examen lo rindió ante un gigante: España, que llegó a la justa como candidato al título y un "chaval" que se perfilaba como la figura del torneo: Raúl González. Los asistentes al estadio de Saint Ettiene aguardaban los goles españoles, pero otra vez, la inmensa figura de Chilavert echó por tierra los intentos de los delanteros rivales. El arquero se lució y ya asomaba como uno de los mejores de la competición. Hasta sus detractores tenían que elogiarlos.
El tercer partido fue ante Nigeria en Lens. El día antes de aquel partido, Bora Milutinovic, seleccionador de las “Águilas Verdes” y Chilavert se reunieron para recordar viejos tiempos en San Lorenzo. Ante los africanos, Paraguay demostró argumentos ofensivos. Ganó 3-1 con goles de Celso Ayala, Miguel Benítez y José Cardozo.
La alegría del primer triunfo paraguayo pasó por alto un detalle: Chilavert fue vencido por primera vez en la competencia. Wilson Oruma, a los 11 minutos, le anotó para señalar el transitorio 1-1. Paraguay pasó a la segunda ronda.
Defensa heroica
El siguiente rival era Francia, el anfitrión, que en opinión de los expertos, no tendría inconvenientes para liquidar a la escuadra sudamericana, pero necesitó el "gol de oro" a seis minutos del final de la prórroga para doblegar a Paraguay, que se plantó bien y tuvo también sus oportunidades, además contó con un Chilavert inmenso que salvó a su equipo en múltiples ocasiones.
Paraguay, como era de esperarse, se parapetó atrás desde el principio, al cobijo de José Luis Chilavert, con Carlos Gamarra y Celso Ayala muy seguros por el centro y los laterales Francisco Arce y Pedro Sarabia rápidos y con un gran sentido de la anticipación.
La muralla paraguaya también se extendió al centro del campo, donde el zaragozano Roberto Acuña anuló a Emmanuel Petit, Julio César Enciso seco a Djorkaeff y para tapar los demás agujeros estuvo incansable Carlos Paredes. Anulada su capacidad organizativa, Francia añoró al cerebral mediocampista Zinedine Zidane, expulsado ante Sudáfrica, dos fechas atrás.
Francia insiste
Las ocasiones de los anfitriones de este Mundial fueron disparos desde fuera del área a cargo de Trezeguet, desviado por muy poco junto a la base del poste; Diomede, que salvó en una felina estirada Chilavert, y Djorkaeff, que también se fue a un milímetro del palo. Los intentos paraguayos de batir a Barthez antes del descanso fueron dos tiros lejanos de Paredes y Arce cuando el meta local estaba algo adelantado y sólo en el segundo tuvo que estirar algo las manos. Conseguido el objetivo de no encajar ningún gol, Paraguay salió con mayor ambición tras el descanso.
Lo más cerca que estuvieron los guaraníes de dar la campanada fue un centro desde la derecha que el zaguero Carlos Gamarra cabeceó fuera por muy poco en el primer palo del arco custodiado por Barthez.
Atajadas increíbles
A partir de ese momento, la meta paraguaya fue asediada sin tregua. Chilavert sacó casi en la línea un cabezazo de Desailly, y Trezeguet falló cuando lanzó fuera a tres metros de la portería.
En la prórroga las fuerzas escaseaban ya en ambos contendores, aunque Francia lo seguía intentando. Chilavert salvó un gol cantado al desviar lo justo un balón enviado de falta directa por Djorkaeff y que rebotó en Enciso.
La segunda parte del tiempo extra fue un calvario para los dos equipos, exhaustos por el generoso esfuerzo. Chilavert neutralizó un remate muy colocado de Pires, pero nada pudo hacer cuando Blanc recibió un servicio de cabeza de Trezeguet y cruzó el balón de forma imparable.
Paraguay se iba del Mundial con la cabeza muy alta. José Luis Chilavert cayó al suelo por sólo un momento, al intentar cambiar la trayectoria del disparo de Blanc. De inmediato se levantó para consolar y abrazar a sus compañeros que lloraban desconsolados en el campo del estadio de Lens. Un gesto que describía la grandeza y fortaleza anímica del destacado portero.
Al retornar a Asunción, los jugadores de la selección fueron recibidos como héroes. Por cierto, el más ovacionado fue "Chila".
Como era de esperarse, la FIFA designó a José Luis Chilavert como el mejor arquero del Mundial Francia '98.
Mucha gente aún ve a Chilavert como un enigma. Puede ser la persona más amigable del mundo, o el tigre más enojado, con sed de venganza. Lo cierto es que en Paraguay era él y 10 más.
La selección guaraní se ponía a punto para el Mundial de Francia '98.
Grupo "D".
La presión era sofocante para la selección, estando situada en el Grupo "D", denominado "de la muerte". Se enfrentarían a Bulgaria, Nigeria y España.
El 12 de junio de 1998, Chilavert hacía su debut mundialista en el estadio Montepellier frente a la Bulgaria de Hristo Stoichkov. Los europeos dominaron las acciones, pero no lograron convertirle a un firme portero paraguayo.
El segundo examen lo rindió ante un gigante: España, que llegó a la justa como candidato al título y un "chaval" que se perfilaba como la figura del torneo: Raúl González. Los asistentes al estadio de Saint Ettiene aguardaban los goles españoles, pero otra vez, la inmensa figura de Chilavert echó por tierra los intentos de los delanteros rivales. El arquero se lució y ya asomaba como uno de los mejores de la competición. Hasta sus detractores tenían que elogiarlos.
El tercer partido fue ante Nigeria en Lens. El día antes de aquel partido, Bora Milutinovic, seleccionador de las “Águilas Verdes” y Chilavert se reunieron para recordar viejos tiempos en San Lorenzo. Ante los africanos, Paraguay demostró argumentos ofensivos. Ganó 3-1 con goles de Celso Ayala, Miguel Benítez y José Cardozo.
La alegría del primer triunfo paraguayo pasó por alto un detalle: Chilavert fue vencido por primera vez en la competencia. Wilson Oruma, a los 11 minutos, le anotó para señalar el transitorio 1-1. Paraguay pasó a la segunda ronda.
Defensa heroica
El siguiente rival era Francia, el anfitrión, que en opinión de los expertos, no tendría inconvenientes para liquidar a la escuadra sudamericana, pero necesitó el "gol de oro" a seis minutos del final de la prórroga para doblegar a Paraguay, que se plantó bien y tuvo también sus oportunidades, además contó con un Chilavert inmenso que salvó a su equipo en múltiples ocasiones.
Paraguay, como era de esperarse, se parapetó atrás desde el principio, al cobijo de José Luis Chilavert, con Carlos Gamarra y Celso Ayala muy seguros por el centro y los laterales Francisco Arce y Pedro Sarabia rápidos y con un gran sentido de la anticipación.
La muralla paraguaya también se extendió al centro del campo, donde el zaragozano Roberto Acuña anuló a Emmanuel Petit, Julio César Enciso seco a Djorkaeff y para tapar los demás agujeros estuvo incansable Carlos Paredes. Anulada su capacidad organizativa, Francia añoró al cerebral mediocampista Zinedine Zidane, expulsado ante Sudáfrica, dos fechas atrás.
Francia insiste
Las ocasiones de los anfitriones de este Mundial fueron disparos desde fuera del área a cargo de Trezeguet, desviado por muy poco junto a la base del poste; Diomede, que salvó en una felina estirada Chilavert, y Djorkaeff, que también se fue a un milímetro del palo. Los intentos paraguayos de batir a Barthez antes del descanso fueron dos tiros lejanos de Paredes y Arce cuando el meta local estaba algo adelantado y sólo en el segundo tuvo que estirar algo las manos. Conseguido el objetivo de no encajar ningún gol, Paraguay salió con mayor ambición tras el descanso.
Lo más cerca que estuvieron los guaraníes de dar la campanada fue un centro desde la derecha que el zaguero Carlos Gamarra cabeceó fuera por muy poco en el primer palo del arco custodiado por Barthez.
Atajadas increíbles
A partir de ese momento, la meta paraguaya fue asediada sin tregua. Chilavert sacó casi en la línea un cabezazo de Desailly, y Trezeguet falló cuando lanzó fuera a tres metros de la portería.
En la prórroga las fuerzas escaseaban ya en ambos contendores, aunque Francia lo seguía intentando. Chilavert salvó un gol cantado al desviar lo justo un balón enviado de falta directa por Djorkaeff y que rebotó en Enciso.
La segunda parte del tiempo extra fue un calvario para los dos equipos, exhaustos por el generoso esfuerzo. Chilavert neutralizó un remate muy colocado de Pires, pero nada pudo hacer cuando Blanc recibió un servicio de cabeza de Trezeguet y cruzó el balón de forma imparable.
Paraguay se iba del Mundial con la cabeza muy alta. José Luis Chilavert cayó al suelo por sólo un momento, al intentar cambiar la trayectoria del disparo de Blanc. De inmediato se levantó para consolar y abrazar a sus compañeros que lloraban desconsolados en el campo del estadio de Lens. Un gesto que describía la grandeza y fortaleza anímica del destacado portero.
Al retornar a Asunción, los jugadores de la selección fueron recibidos como héroes. Por cierto, el más ovacionado fue "Chila".
Como era de esperarse, la FIFA designó a José Luis Chilavert como el mejor arquero del Mundial Francia '98.