CAPITULO 3
El “1” de América
E| golero paraguayo ya era famoso por su incontinencia verbal, su espíritu guerrero y su estatura de enorme jugador. Pero el hecho de anotar tantos goles ya lo convertía en un futbolista diferente. Por eso, José Luis Félix Chilavert González fue elegido el mejor jugador de América en 1996, de acuerdo a la encuesta continental que realiza el diario El País de Montevideo, Uruguay.
Chilavert justificó ampliamente tal designación, pues siguió ganando todo lo que disputaba.
En el Clausura de 1996, se consagró campeón tras empatar en la última fecha con Independiente. El partido terminó 0-0 y Chilavert le contuvo un penal a Jorge Luis Burruchaga. Y también ganó la Copa Interamericana.
La Supercopa de 1996 también fue a parar a sus prodigiosas manos. La logró tras ganarle en la final al Cruzeiro, de Brasil, al cual superó 1-0 de local y 2-0 de visitante. El gran portero fue figura en ambos cotejos, entregando invicta su valla.
En la semifinal, Vélez también derrotó 2-1 al Santos en Brasil. El gol de la victoria lo anotó Chilavert, a los 90 minutos. Su balazo no pudo ser barajado por Edinho, hijo del Rey Pelé.
Gol mitológico
Pero lo mejor llegó en marzo de aquel año. El buen portero anotó un gol que lo metió, definitivamente, en la historia de este bello deporte. Clásico Vélez-River en el Fortín. Tiro libre a favor de los locales con una distancia de 60 metros. Mientras el "Mono" Burgos, fiel al estilo de Gatti, se paró cerca del punto de penal, Chilavert salió de su arco y sacó un zurdazo letal, ni el juez Mastrángelo esperaba ese remate y tuvo que agacharse para no interrumpir la trayectoria del balón que surco los aires ante la atónita mirada de los jugadores, los asistentes al estadio y los miles de televidentes. Desesperado, Burgos retrocedió. Recién pudo tocar el balón cuando cayó en sus redes. ¡Golazo!
Esa anotación debió valer por dos... o por tres, pero las reglas del fútbol no premian este tipo de goles. Igual Vélez ganó 3-2 y la revista El Gráfico de Argentina calificó al arquero-verdugo con la máxima puntuación: 10 de nota.
Chilavert declaró que Burgos estaba "mirando a los pajaritos". Esto molestó a muchos. Luis Islas criticó al paraguayo, quien devolvió el golpe: "Me hubiera preocupado si eso lo hubiera dicho Preud'homme o Schmeichel, arqueros que alguna vez fueron nominados como los mejores del mundo, pero no puedo responder a alguien que fue echado de todos lados y termina atajando en Platense".
Después llegaron sus dos goles a su colega de Boca Juniors: Navarro Motoya, uno de tiro libre.
Después de ello, siguió aplastando al portero colombiano nacionalizado argentino. "Yo no iría a Boca a pelearle el puesto. No puedo competir con él, si él no existe. Una persona tiene que tener dignidad y orgullo. Si a mí algún día me echan del club, nunca iría a golpear las puertas. Navarro Montoya demostró que, por 10.000 dólares, da la cara por televisión y crucifica a cualquiera si es necesario".
Tremendo campeón
Chilavert seguía ganando trofeos. En abril de 1997, Vélez Sarsfield superó a River Plate en Kobe, Japón, y alzó la Recopa Sudamericana, el último trofeo que le faltaba obtener.
Los noventa minutos habían finalizado 1-1 y en los penales, con el paraguayo en el arco, Vélez no pierde. Por eso, Osvaldo Piazza y sus pupilos festejaron a lo grande.
Sin embargo, no pudo repetir su éxito en la Copa Libertadores. Sporting Cristal cortó sus aspiraciones con un magnífico triunfo en cancha de Liniers. Como hacía tres años, otra vez Jorge Soto le anotó un gol que tuvo el efecto de una puñalada.
E| golero paraguayo ya era famoso por su incontinencia verbal, su espíritu guerrero y su estatura de enorme jugador. Pero el hecho de anotar tantos goles ya lo convertía en un futbolista diferente. Por eso, José Luis Félix Chilavert González fue elegido el mejor jugador de América en 1996, de acuerdo a la encuesta continental que realiza el diario El País de Montevideo, Uruguay.
Chilavert justificó ampliamente tal designación, pues siguió ganando todo lo que disputaba.
En el Clausura de 1996, se consagró campeón tras empatar en la última fecha con Independiente. El partido terminó 0-0 y Chilavert le contuvo un penal a Jorge Luis Burruchaga. Y también ganó la Copa Interamericana.
La Supercopa de 1996 también fue a parar a sus prodigiosas manos. La logró tras ganarle en la final al Cruzeiro, de Brasil, al cual superó 1-0 de local y 2-0 de visitante. El gran portero fue figura en ambos cotejos, entregando invicta su valla.
En la semifinal, Vélez también derrotó 2-1 al Santos en Brasil. El gol de la victoria lo anotó Chilavert, a los 90 minutos. Su balazo no pudo ser barajado por Edinho, hijo del Rey Pelé.
Gol mitológico
Pero lo mejor llegó en marzo de aquel año. El buen portero anotó un gol que lo metió, definitivamente, en la historia de este bello deporte. Clásico Vélez-River en el Fortín. Tiro libre a favor de los locales con una distancia de 60 metros. Mientras el "Mono" Burgos, fiel al estilo de Gatti, se paró cerca del punto de penal, Chilavert salió de su arco y sacó un zurdazo letal, ni el juez Mastrángelo esperaba ese remate y tuvo que agacharse para no interrumpir la trayectoria del balón que surco los aires ante la atónita mirada de los jugadores, los asistentes al estadio y los miles de televidentes. Desesperado, Burgos retrocedió. Recién pudo tocar el balón cuando cayó en sus redes. ¡Golazo!
Esa anotación debió valer por dos... o por tres, pero las reglas del fútbol no premian este tipo de goles. Igual Vélez ganó 3-2 y la revista El Gráfico de Argentina calificó al arquero-verdugo con la máxima puntuación: 10 de nota.
Chilavert declaró que Burgos estaba "mirando a los pajaritos". Esto molestó a muchos. Luis Islas criticó al paraguayo, quien devolvió el golpe: "Me hubiera preocupado si eso lo hubiera dicho Preud'homme o Schmeichel, arqueros que alguna vez fueron nominados como los mejores del mundo, pero no puedo responder a alguien que fue echado de todos lados y termina atajando en Platense".
Después llegaron sus dos goles a su colega de Boca Juniors: Navarro Motoya, uno de tiro libre.
Después de ello, siguió aplastando al portero colombiano nacionalizado argentino. "Yo no iría a Boca a pelearle el puesto. No puedo competir con él, si él no existe. Una persona tiene que tener dignidad y orgullo. Si a mí algún día me echan del club, nunca iría a golpear las puertas. Navarro Montoya demostró que, por 10.000 dólares, da la cara por televisión y crucifica a cualquiera si es necesario".
Tremendo campeón
Chilavert seguía ganando trofeos. En abril de 1997, Vélez Sarsfield superó a River Plate en Kobe, Japón, y alzó la Recopa Sudamericana, el último trofeo que le faltaba obtener.
Los noventa minutos habían finalizado 1-1 y en los penales, con el paraguayo en el arco, Vélez no pierde. Por eso, Osvaldo Piazza y sus pupilos festejaron a lo grande.
Sin embargo, no pudo repetir su éxito en la Copa Libertadores. Sporting Cristal cortó sus aspiraciones con un magnífico triunfo en cancha de Liniers. Como hacía tres años, otra vez Jorge Soto le anotó un gol que tuvo el efecto de una puñalada.